A puro grito y en silencio

Me gustaba mirarte a los ojos y tocarte las manos.

Hablar de todo y nada.

Me gustaba pasear por una playa inmensa cuando el sol ya se había puesto… Sí, la playa de invierno, la que recoge todos nuestros secretos…

Dos mundos encontrados.

El susurro de las olas.

Dos vorágines hedonistas.

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